miércoles, 4 de junio de 2014

Visión de conjunto de las lecturas


Después de leer los seis artículos de Roberto Carballo, podemos extraer una serie de conclusiones que las interrelacionan.
En primer lugar tenemos presente en todos ellos la importancia del concepto de “Cliente”, y la necesidad de tener presente cuáles son sus necesidades y demandas. Detectar esas necesidades, intercambiar experiencias directamente con el consumidor, el usuario o el ciudadano. ¿Cuánto mejor les iría a las empresas si trabajasen cualitativamente y no cuantitativamente?.
En segundo lugar, se debe de priorizar la “Calidad” como un objetivo fundamental de cualquier organización, trabajando a largo plazo con todos los integrantes de la empresa de forma que sean un grupo sólido y unido; siendo conscientes de que la calidad y el cliente son la razón por la que existe la compañía.
Asimismo, hay que establecer de forma clara los objetivos, con una correcta “Comunicación”, se deben de priorizar metas alcanzables, sin pedir imposibles y gestionando el conocimiento con todas las personas implicadas.
Hay que poner en marcha los proyectos con los pies en el suelo, no basándonos en utopías.
Por otro lado hay que adoptar un estilo de dirección con sentido común y coherencia, aportando los elementos imprescindibles para avanzar: respeto, responsabilidad, mejora continua y calidad de grupo.
Otra acción muy importarte es la realización de una evaluación lo largo de todo este recorrido para ver el resultado de nuestros esfuerzos.
Aplicado a mi trabajo cotidiano, el tema 11 ha aportado un concepto en el que no había reparado suficientemente: “el otro”, el cliente, el que paga nuestra nómina. El Cliente, en mi caso “la persona”, debe ser el punto de referencia de todo proyecto empresarial u organización.
Desde que empecé con el Blog cada día intento tener más en cuenta el presente. Esta idea me ayuda en muchas tareas de mi trabajo diario para manejar el caos cotidiano. Al mismo tiempo se benefician las personas con las que trabajo porque consiguen una formación de mayor calidad y un aprendizaje a largo plazo; tratando de alcanzar siempre el objetivo del trabajo bien hecho.  Ahora soy más consciente de que la nómina no me la paga el jefe, ni la administración, ni las subvenciones estatales; sino las personas a las que atiendo a diario.
Con estas 6 lecturas también he dado mucha más importancia a otro valor que tenía a veces olvidado: “La Experiencia”. La experiencia como base de la innovación. “A la piscina”, y cuanto antes mejor.
¡La teoría sin práctica es humo! Y no debemos perdernos nuestra fiesta personal.
Las cosas no están ahí para que te la creas, sino para que las experimentes. La única experiencia que importa es la propia.
El crear el Blog me ha ayudado a volver a abrir los ojos en cuestiones que tenía relegadas a causa del estresante ritmo de vida que llevamos, por las continuas renovaciones de plantillas que vemos en los centros de trabajo o por algunos “cambios radicales” absurdos que nos quieren imponer. Otro factor que limita la capacidad de pensar es la sobrevaloración que se da actualmente al estatus social y económico, y también a supuestos que se han impuesto en la sociedad como verdades irrefutables, anulando todo deseo de conocer e innovar.
Otra idea que no debe pasar desapercibida es la del “respeto”. Se debe de favorecer la implantación del respeto en las personas y organizaciones. El respeto es un valor decisivo para la innovación.
Destaco los siguientes conceptos:
-      Tener siempre presente “El otro”, el que paga nuestras facturas, “El Cliente”.
-      Calidad total en todos los servicios y productos que ofrecemos.
-      No perdernos nuestra fiesta personal “Experimentar”.
Quedan abiertos nuestros Blogs y, ¿quién sabe?, el tiempo decidirá si seguimos escribiendo…
¡Gracias a tod@s!

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